Las ganas de comer, el despertar matinal o el ir a dormir están signados por un ritmo interno que se llama cronobiología.
Los caprichos del reloj interno
El cuerpo humano es misterioso o nosotros mismos somos quienes lo cargamos de misterio cuando no sabemos cómo funciona. Decimos, con absoluta naturalidad: ¡tengo hambre!, ¡qué cansancio! y ¡es hora de ir a dormir! Ahora bien, ¿alguna vez nos detuvimos a pensar por qué lo expresamos de ese modo en determinado momento del día y no en otro?
¡Tranquilos!, la medicina sí tiene una respuesta ante estos interrogantes y actos que realizamos aun sin pensar. Sumemos una buena noticia porque esto tiene un nombre, se llama cronobiología.
Claro está, la población citadina se rige por su propio reloj interno que, como dijimos, se denomina cronobiología. De ella dependen los ritmos de tiempo en cada uno de los organismos vivos. A partir de esto, veamos los ciclos que se relacionan con diversos procesos:
- Conductuales.
- Fisiológicos.
- Bioquímicos.
A nivel orgánico, lo que hace es actuar en distintos tipos de fenómenos corporales. Cada uno de ellos está representado en lo que atañe a pequeñas actividades que hacemos a diario. Se desprenden entre estas cuestiones el acto de estar despierto, dormir o la temperatura del cuerpo. Es decir, está presente en todo aquello que interviene en la función biológica.
Regulación del día y la noche
Diferenciar el día de la noche es parte del recorrido de esta manifestación biológica. Paradójicamente, lo que logra es tener capacidad de adaptación a los cambios de luz.
En el hipotálamo está ubicado el “núcleo supraquiasmático”. Es este mismo NSQ el encargado de dar señales a todo el camino que traza la biología en el cuerpo. Cuando alguno de estos ritmos se altera, sea cual fuere el factor: problemas de sueño o ambientales, siempre trae consecuencias negativas en el corto o mediano plazo, como por ejemplo el jet lag.
Por otro lado, entra en escena la cronobiología clínica que está encargada de estudiar enfermedades tales como:
- Asma bronquial.
- Reacciones alérgicas.
- Hipertensión
- Gastritis.
- Trastornos del sueño.
- Trastornos psiquiátricos.
Así es que llegado el diagnóstico podemos estar frente a alguna de las manifestaciones de la cronobiología.