Hormona de la felicidad
Notas de Interés

Temas médicos: hablemos de la serotonina y estado de ánimo

Los neurotransmisores se conocen como sustancias químicas que produce el cerebro y desde donde envía mensajes o señales de una neurona a otra

Neurotransmisores y felicidad: dos factores compatibles

La expansión de las redes sociales, el acceso mucho más cercano a ciertos canales de comunicación es una realidad que forma parte del día a día. Contar con estas herramientas es significativo cuando se emplea, de forma seria, con fines informativos-educacionales. Lo mismo sucede con todo aquello relacionado a la divulgación que, por supuesto, es valedero cuando está fundamentado bajo fuentes responsables y oficiales. Escuchamos de manera liviana términos médicos los cuales, en algunos casos, no siempre solemos interpretar como corresponde. El lenguaje simple es fundamental para educar y, por ende, informar.

¿Somos responsables de lo que sentimos?

Sentirse feliz es una de las más espléndidas sensaciones que se pueden experimentar. ¿De dónde viene esa emoción desbordante que llamamos felicidad? Como toda pregunta merece una respuesta y en este caso es que no somos responsables (al menos no en su totalidad) de las emociones. El estado de ánimo está regulado por un neurotransmisor (son informaciones químicas que recibe el cerebro que, a su vez, pueden enviar distinto tipo de señales tanto excitatorias como inhibitorias para que las neuronas generen lo que se llama impulso eléctrico). Aquí, entonces, podemos decir que encontramos una de las claves para sentirnos felices: la serotonina. Al hablar de ella se habla de la “hormona” que, comúnmente, llaman la hormona de la felicidad aunque no sólo se limita a controlar el ánimo. Tiene un rol muy importante, también, en la regulación de funciones fisiológicas tales como:

  • El hambre.
  • El dolor.
  • El apetito sexual.
  • El sueño.

Para poder cumplir su función, quizá más relevante, en aquello que concierne a lo anímico es recomendable pasar tiempo al aire libre, hacer actividad física y estar en ambientes con luz natural. En materia alimentaria son varios los alimentos, tal vez básicos, que ayudan y complementan el trabajo de la serotonina: pescado, huevos, legumbres y nueces.

Sin embargo, en medicina se sabe que esta hormona no infiere tan sólo en lo que hasta aquí señalamos, sino que asimismo actúa en cada uno de los procesos de aprendizaje y memoria. Queremos cerrar este artículo, primero diciendo que es meramente abarcativo y generalizado y segundo que es primordial consultar al médico para hacer el chequeo correspondiente. Preguntar todo aquello que hace al cuidado de la salud nunca está de más.